Como saben hasta las hormiguitas del campo, el pasado día 11 de julio se puso a la venta en España el famosísimo iPhone 3G de Apple, en exclusiva para la operadora Movistar.
Existe una gran cantidad de blogs que ya han dado suficiente información sobre sus características, pros y contras, detractores y admiradores…
Por mi parte, pudiendo reconocer fallos graves y con la inmensa desgracia de tener que irme a Movistar (y para más inri esas condiciones casi de esclavitud), he de reconocer que estoy muerto de ganas de comprármelo, pero no lo tengo. ¿Por qué? Pues porque, aunque todos los días llamo y en las tiendas hasta me reconocen la voz, es casi imposible encontrar un sitio (al menos aquí en Sevilla) con disponibilidad del gadget.
Desconozco dónde estará el problema. Supongo que será de origen (Apple) , aunque probablemente también haya habido una terrible falta de previsión de Movistar, totalmente inexplicable por otro lado, cuando tenían más de 200.000 interesados inscritos en la web destinado al iPhone (entre los que estaba yo).
El caso es que la indignación y las quejas crecen entre los potenciales clientes, pero ¿y en Movistar?
Simplemente basta echar unas cuentas. Más del 50% de esos 200.000 interesados eran, como yo, de otras compañías dispuestos a ejercer su derecho a la portabilidad. Es decir, por cada día que pasa sin conseguir su iPhone, Movistar deja de recibir su fracción del contrato que firmaría nuevo. Dado que el mínimo es de 24€/mes (15 para datos y 9 para voz), y lo más normal será un mínimo de 35€ (los 15 de datos y 20 de mínimo de voz), pues haciendo la cuenta de la vieja Movistar pierde un euro por cada día que está haciendo esperar a un usuario por su iPhone, si este usuario es de otra compañía. Si el usuario es de Movistar, al menos pierde lo correspondiente al plan de datos, de 15€/mes como mínimo… es decir, como mínimo, 0,5€ por día que pasa.
Viendo los problemas de distribución que hay ahora mismo, en nada de tiempo que pase la broma le está saliendo a Telefónica Móviles por varios millones de euros.
Además, Movistar se arriesga a perder al cliente que, presa del desánimo, puede acabar gastándose el dinero en un HTC Touch Diamond, por ejemplo, con un compromiso de permanencia en su compañía.
En definitiva, yo como usuario estoy indignado, pero si fuese de la dirección de Movistar… estaría a) avergonzado, y b) indignadísimo, por las pérdidas diarias que este desastre les tiene que estar generando.