En artículos anteriores hemos hablado de las implicaciones que la norma UE 910/2014 (Reglamento eIDAS) y el Mercado Único Digital traerán a Europa. El MUD es posible gracias al mayor uso de Internet y forma parte del plan estratégico 2020. Hoy queremos hacer un estudio sobre el uso de Internet en Europa, especialmente en el nivel de confianza en los productos bancarios.
Cada día vemos nuevas empresas que ofrecen servicios innovadores, simplificando las complejas actividades a las que nos enfrentamos en nuestra vida cotidiana. Nuevas formas de ser más eficientes en el trabajo, grandes campos de acción en el ocio y nuevos estilos de vida están representando a los millennials. Todo ello tiene un denominador común: Internet.
Solo con la información facilitada por la Unión Europea, sabemos que en 2014 había casi 400 millones de usuarios de Internet. Esto significa que el 75% de la población de los países de la Unión tiene acceso a la red. Que aumenta hasta el 81% cuando se trata de zonas urbanas tomando datos de 2015 (Eurostat, 2015).
Uso de Internet en Europa: Una visión general
El 16% de esta población ha realizado compras por Internet en 2014, lo que representa un aumento del 60% respecto al año anterior. Las empresas europeas también han aumentado su número de compras online, un 22% respecto a 2013. Estos datos son muy relevantes para los negocios de la Unión Europea, ya que al ser más del 98% pymes, la red les está ofreciendo una vía para satisfacer las necesidades de más de 400 millones de usuarios. Prueba de ello es el creciente temor del sector tecnológico británico ante el posible «Brexit». Así como para otras organizaciones y usuarios, existe ahora más que nunca, un mercado continental al que puedo acudir (tanto para comprar como para vender) a través de Internet y del DMS.
Siguiendo la influencia de los hábitos de los Millennials, los consumidores actuales se han vuelto siempre online. Por ello, las empresas deben adaptar sus servicios a las diferentes plataformas y canales que utiliza el público objetivo. Europa tiene la tasa de penetración de dispositivos móviles más alta del mundo (Twenga, 2015): 151% Europa Central y Oriental, y Europa Occidental 129%. Los países donde el número de transacciones es mayor son Alemania, España y Francia. En España se superó la cifra de 16 millones de euros (ONTSI, 2015). En 2014 cada europeo gastó una media de 970 euros online. Según el último informe del Observatorio Cetelem (2015) los usuarios afirman que una de las razones para comprar por Internet es la seguridad de las transacciones. En general, según un estudio de MarkMonitor, al 65% de los usuarios les preocupa que el comercio electrónico sea seguro. Los españoles dan más valor a la seguridad, la cifra se eleva al 70%.
Uso de Internet en Europa: nivel de confianza en los Productos Bancarios Online
Los productos de banca online están bastante extendidos por toda Europa, alcanzando en algunos países como Dinamarca porcentajes superiores al 88% de la población en 2014 (Eurostat, 2015). Las estadísticas más recientes disponibles sitúan en la UE-28 en un porcentaje que alcanza el 49% de la población que sigue creciendo año tras año. Aunque España solo representa el 30% del total de transacciones (Spotcap, 2015). Es importante hacer una aclaración, cuando se habla de banca online, nos estamos refiriendo tanto a aplicaciones de acceso desde el móvil y capaces de operar desde ellas como a empresas de bancos que son totalmente digitales. Un estudio reciente (FICO, 2015) muestra que el 32% de los jóvenes menores de 24 años prefiere utilizar pagos móviles como Apple Pay y Google Wallet en su móvil, e incluso el 56% prefiere servicios como PayPal y Venmo. Esta tendencia itinerante los bancos están introduciendo nuevas estrategias de digitalización. De hecho, cada vez más bancos optan por tener filiales 100% online.
Desde el inicio de la recesión hasta la actualidad el beneficio de estas entidades ha aumentado más de un 55, según la Asociación Española de Banca (AEB). La banca móvil puede agradecer al actual entorno económico turbulento su crecimiento y adopción por parte de los clientes, ya que, en 2010, algunas de las entidades que ahora presentan beneficios estaban en números rojos. Además, según Cinco Días, en este entorno se redujo un 30% la red de sucursales y supuso la desaparición de muchos grupos financieros. Esto supuso una ventaja para los bancos «online», porque no tienen estos grandes costes y podían ofrecer un servicio más rápido y eficaz a sus clientes. Las empresas «online» ofrecen soluciones más estandarizadas aprovechando las economías de escala que ofrece la naturaleza del negocio en línea. Además, pueden permitirse cobrar menos condiciones, diferenciales hipotecarios más bajos y compensaciones más competitivas al no tener que soportar una estructura fija como la de los costes de la banca tradicional. Aunque el sector bancario «online» puede ofrecer unas hipotecas más baratas y más rentables que los depósitos de la banca tradicional, en un entorno de bajos tipos de interés la diferencia es mínima (Cinco Días, 2016).
En los últimos cinco años, el Popular-e (la empresa online del Banco Popular) ha aumentado sus beneficios un 38, Allfunds un siete, Inversis (empresa de Banca March) tuvo un incremento del 44%. Por otro lado, Uno-e y Openbank han salido de pérdidas registrando un resultado positivo. En este artículo se analizaba el nivel de uso de Internet en Europa y posteriormente se profundizaba en el grado de confianza de los productos de banca online. Como se ha visto, se extiende por varios factores, especialmente para la generación más joven. La banca «online» no ha dejado de crecer desde 2010, y solo el tiempo dirá si las acciones llevadas a cabo por los bancos tradicionales serán suficientes para convertirla en una solución complementaria.