El hecho de que el certificado no esté físicamente instalado en ningún dispositivo, incrementa la seguridad del mismo.
Si el certificado se encuentra en un dispositivo donde por regla general las contraseñas están guardadas, es relativamente fácil que otra persona con acceso a dicho dispositivo pueda firmar por nosotros. Sin embargo, para usar la firma en la nube hacen falta, al menos, dos factores de autenticación.