Edificios de empresas

Los 3 tipos de servicios que existen dentro del cloud computing en las empresas

El cloud computing o computación en la nube ha adquirido un papel de gran protagonismo en el panorama actual de las nuevas tecnologías y en el mundo empresarial. Por ello merece la pena realizar un acercamiento a su situación actual y distinguir los distintos servicios que puede ofrecer a las compañías.

La universalización del uso de internet, que actualmente y según un informe de We Are Social y Hootsuite es de 4.388 millones de internautas en todo el planeta, sumada a los avances en virtualización y computación distribuida, han supuesto el gran catalizador para el crecimiento del cloud computing.

Muestra de esta tendencia expansiva es el estudio de Harvard Business Review que dice que el 56% de las empresas ya emplean dos o tres plataformas de aplicaciones en la nube. Además, podemos observar estas cifras de crecimiento en la publicación de la consultora Canalys, en la que se refleja el crecimiento de las compañías más destacadas del sector a lo largo de 2018:

  • Google Cloud creció un 46%.
  • Amazon Web Services un 47%.
  • Microsoft Azure un 76%.
  • Alibaba Cloud un 74%.

La nube es claramente una opción de futuro que prácticamente ya se está haciendo realidad, como demuestran las predicciones de Gartner, que nos dicen que para 2025 el 80% de las empresas habrán migrado sus datos y servicios desde sus centros de datos a la nube.

Teniendo claro que el cloud computing ha llegado para quedarse, deberemos tener meridianamente asentados varios de los conceptos que van asociados al mismo. Es por ello que a continuación hagamos un repaso de todo aquello que ofrece la computación en la nube para las empresas, resaltando los tipos de servicios cloud de los que pueden disfrutar.

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¿Qué es el cloud computing?

El cloud computing o computación en la nube es un término amplio que abarca todo lo relacionado con los servicios que se encuentran alojados en internet. Entre sus principales características y ventajas podemos destacar:

  • Los usuarios pueden aumentar los recursos a demanda, liberando de ese trabajo a los administradores.
  • Las empresas pueden incrementar o disminuir los recursos en función de los picos y valles de demanda. Con esto no se hace necesario contratar grandes cantidades de almacenamiento con vistas a futuro si no lo necesitamos en ese momento.
  • Se paga sólo por los recursos que se utilizan.
  • Los proveedores implementan recursos que garantizan un servicio resistente a fallos que siempre funcione.
  • Se facilitan los métodos para migrar datos y servicios de o desde la nube o entre nubes, de forma automática o manualmente por el usuario.

Tipos de nube

Cloud computing puede implementarse según los siguientes modelos de nube:

Nube pública

Este tipo de nube ofrece sus servicios a cualquier usuario de internet. Sus servidores y almacenamiento pertenecen al proveedor del servicio y el cliente sólo paga generalmente por el espacio de almacenamiento o el ancho de banda que consumen.

Nube privada

Estas nubes ofrecen sus servicios a un número limitado de usuarios a través de una red de una empresa. Esta red puede localizarse en las propias instalaciones de la empresa o en las de un proveedor externo.

Nube híbrida

Como su propio nombre indica, este tipo de nube es fruto de una combinación de las dos anteriores. En esta se almacenan datos en nubes públicas o privadas en función de las necesidades. Por ejemplo, se puede guardar la información más delicada en la nube privada y la menos crítica en la pública o también usar la nube pública para cuando haya picos de trabajo que exijan un mayor rendimiento.

Multicloud

Se trata de una opción que está siendo adoptada por muchas entidades y que consiste en varias nubes entre las que se desplazan los distintos servicios y que pueden trabajar simultáneamente. Con multicloud los clientes se blindan ante posibles interrupciones del servicio.

Servicios dentro del cloud computing

Podemos agrupar los tipos de servicios que proporciona la computación en la nube en tres grandes bloques.

IaaS (Infrastructure as a Service) o Infraestructura como Servicio.

En él, el cliente adquiere del proveedor externo todos los recursos, como son servidores, espacio de almacenamiento en un centro de datos o el equipamiento para redes. Normalmente se lleva a cabo mediante una plataforma de virtualización. De los tres tipos de servicios, es el que mayor control otorga al usuario y, por ende, el que tiene mayor complejidad de uso.

IaaS es ideal para desarrolladores, que pueden escoger Sistema Operativo, cantidad de almacenamiento y otras posibilidades gracias a la total transparencia del servicio. Ejemplos de IaaS son Microsoft Azure y Amazon Web Services.

PaaS (Platform as a Service) o Plataforma como Servicio

Con este modelo el proveedor proporciona la plataforma para el desarrollo de aplicaciones, así como su mantenimiento y gestión. En otras palabras, ofrece todo lo que se necesita para completar el ciclo de vida y despliegue de dichas aplicaciones o servicios web.

Aquí el usuario carece de control sobre la infraestructura de almacenamiento o redes. PaaS mantiene la escalabilidad automática, en función de lo que exija la situación. Ejemplo de Paas es Google App Engine, donde los desarrolladores pueden crear sus aplicaciones en Java o Python.

SaaS (Software as a Service) o Software como Servicio

En este caso el cliente solamente puede hacer uso de un software que se encuentra alojado en la nube. Por tanto, todo lo relacionado con el mantenimiento, desarrollo, soporte y operaciones es responsabilidad de la empresa que ofrece el servicio.

El cliente usará el sistema alojado por esa empresa, la cual mantendrá la información del cliente en sus sistemas y proveerá los recursos necesarios para explotar esa información. En este grupo podemos poner como ejemplo cualquier servicio web de correo electrónico, como Gmail.

Empleados impresionados con el cloud computing

Cloud computing y firma digital

Podemos considerar las soluciones de identidad y firma digital como unas de las grandes beneficiadas del despegue del cloud computing. ¿En qué consisten estos beneficios? Analicémoslo.

Como hemos comentado en otras ocasiones, las posibilidades técnicas y legales de firma de un documento son múltiples, dependiendo del escenario, requisitos técnicos, funcionales o legales. En la Unión Europea, las formas legales son la firma electrónica simple, la avanzada y la cualificada.

Las soluciones basadas en la firma digital también han pasado a formar parte del ecosistema cloud, sin embargo, se plantea a priori una dificultad, pues las firmas que requieran certificado digital, obligan antes a tener instalado localmente nuestro certificado, teniendo que custodiarlo, recordar la clave de acceso… Aquí es donde aparece en el escenario la firma en la nube, también conocida como firma centralizada. Esta tiene los mismos fundamentos que la firma electrónica con certificado, con la principal diferencia de que de la custodia del certificado no recae en el propio usuario, sino en un servidor seguro y cualificado.

Al encontrarse en la nube, el certificado goza de mayor seguridad, seguridad que se refuerza con métodos de autenticación robusta, la cual consiste en hacer uso de, como mínimo, dos identificadores para poder realizar cualquier operación. Estos identificadores pueden ser:

  • Algo que sabe el usuario (password).
  • Algo que tiene el usuario (tarjeta de claves, token SMS, token OTP).
  • Algo que hace o es el usuario (firma, locución, huella, iris y otros factores biométricos).

Además, la firma en la nube supone un gran aporte en cuanto a la agilización de procedimientos administrativos, ya que se puede proceder a firmar desde cualquier dispositivo que tenga acceso a internet.

La firma en la nube o centralizada, como no podría ser de otra forma, se encuentra regulada por el Reglamento eIDAS, donde se conoce como firma a distancia (Art. 24.b del Reglamento (Ue) No 910/2014), proporcionando un marco regulatorio para hacer que las interacciones electrónicas sean más rápidas, usables, accesibles y seguras.

En España cada vez se tiene mayor consciencia de todo lo beneficioso que puede aportar esta tecnología. Pese a ello, aún nos encontramos algo rezagados en lo que a la implantación de la computación en la nube se refiere, como expresa el análisis sobre cloud computing en España de Quint, según el cual un 78% de las empresas invierten menos del 15% de su presupuesto en SaaS y un 67% gastan menos del 15% en Iaas y Paas.

Sin embargo, se prevé que 2019 sea el año del gran avance de la computación en la nube en nuestro país. De hecho, este mismo estudio de Quint asevera que el 82% de las compañías consultadas están planificando aumentar su inversión en SaaS, mientras que el 83% piensas hacerlo para IaaS y/o PaaS.

Definitivamente, el cloud computing debe ser reconocido como una de las soluciones tecnológicas más a tener en cuenta a la hora de elaborar y ejecutar las diferentes metodologías de trabajo de cualquier empresa. Y, por supuesto, los procesos de firma e identidad digital también sacarán ventaja de todo aquello que la nube puede aportarles.

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